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Todos los seres humanos tenemos sueños, metas, anhelos, que deseamos se nos conviertan en realidad.
No importa si eres cristiano o no.
Siempre vas a querer salir adelante.
No
creo en la doctrina de la prosperidad como gancho para ganar personas, pero
tampoco creo que el cristiano tenga que ser alguien resignado a vivir en pobreza.
El cristiano tiene que vivir de manera digna. De algo debe servir que jehová
nuestro padre sea el dueño del oro y de la plata.
Nuestros sueños, nuestros ideales
no solamente deben ser de carácter material, nuestro sueño más grande debe ser
el alcanzar la salvación y la vida eterna.
Para alcanzar un sueño, una meta o un propósito debemos
tener en cuenta algunas cosas tales como:
1. Prepararse para los tropiezos. V
1 a “Dijo Jesús a sus
discípulos: Imposible
es que no vengan tropiezos” tropiezos de carácter económico o humano. Si el
camino a nuestros sueños no estuviera Lleno de obstáculos sería muy fácil encontrarlo. Por lo tanto todo el mundo sería
exitoso. Pero la realidad es que el éxito está oculto tras los obstáculos por
esta razón son muy pocos los que lo pueden conseguir.
2. No convertirnos en nuestro Tropiezo.
Que tengamos obstáculos es normal, que los demás o que nosotros los provoquemos
no es normal. V 1 b “mas ¡ay de aquel por quien vienen!” el peor
estorbo para conseguir lo que anhelamos somos nosotros mismos, nuestros temores
y prejuicios se convierten en nuestro peor enemigo.
3. Aprender a levantarnos después
de una caída. El caer muchas veces resulta difícil de evitar. La palabra pecado
no solo se la debe relacionar con espiritualidad. Pecado significa errar al
blanco, equivocarse. Por lo tanto si por algún motivo caíste no te lamentes,
levántate y vuelve a intentarlo. Y si es otro el que cayó ayúdale a levantarse. V 4 “Y
si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti,
diciendo: Me arrepiento; perdónale.”
Perdonar es dar otra oportunidad. Dios
siempre está dispuesto a darnos otra oportunidad. ¿Porque tú le niegas esa
oportunidad a los demás?
4. Creer que con Jesucristo todo es
posible. Lo único que se requiere es que cada vez nuestra fe crezca más y más. A
medida que conozcamos a Jesucristo más deberíamos creer. Todos los días recibimos
milagros, el tan solo poder respirar ya es un milagro. V 5-6 “Dijeron los apóstoles al Señor:
Auméntanos la fe. 17:6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un
grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en
el mar; y os obedecería.”
5. Haz más de lo que te toca. La
persona mediocre siempre vive con lo mínimo de esfuerzo. Las personas de éxito
siempre dan más de lo que se les pide. V 7-10 “¿Quién de
vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del
campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? 17:8 ¿No le dice más
bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y
después de esto, come y bebe tú? 17:9 ¿Acaso da gracias
al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 17:10 Así también vosotros,
cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles
somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”
6. Ser siempre agradecido con Dios
y con los demás. En cierta ocasión Jesús sano a diez leprosos, pero le molesto
que solo uno de ellos fuera agradecido. V 15- 18 “Entonces uno de ellos, viendo que había
sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, 17:16 y se postró
rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. 17:17
Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son
diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 17:18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria
a Dios sino este extranjero? ”
Los nueve leprosos desagradecidos siguieron
siendo sanos, pero el agradecido tuvo algo adicional, salvación. V 19 “Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te
ha salvado.”
7. Estar siempre preparados. Muchos
solo han tenido que contentarse con ver pasar las oportunidades de éxito, nunca
estuvieron preparados para tomarlo. V 20 “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino
de Dios, les respondió y dijo: El
reino de Dios no vendrá con advertencia,” para un hombre de éxito no existe la suerte; la suerte no
es más la oportunidad más la preparación. Si se te presenta la oportunidad de
alcanzar algo y estás preparado lo puedes aprovechar.
En el día de la venida de Jesucristo
solo los que estemos preparados podremos marchar con él a una vida de salvación.
V 34 “Os digo que en aquella noche estarán dos en una
cama; el uno será tomado, y el otro será dejado.”
El reino de los cielos esta entre
nosotros pero estamos tan ocupados que no lo vemos, las oportunidades están
entre nosotros, pero estamos tan ocupados lamentándonos que no las vemos. V 21
“ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de
Dios está entre vosotros.”
8. No anhelar lo pasado. Lo que ya
paso es algo que no podemos cambiar, mejora el presente y podrás mejorar el
futuro. V 32-33 “Acordaos de la mujer de Lot.
17:33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.”
17:33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.”
Para conquistar nuestros sueños
necesitamos tener fe, luchar constantemente, nunca desmallar, dejar a un lado
nuestros prejuicios y tener el coraje de
levantarnos no importa cuántas veces tropecemos.
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